todos estamos igual

martes, 8 de mayo de 2018

Hay momentos para recitar poesías y hay momentos para boxear

Lado A: Roberto Bolaño / Lado B: La crisis que atraviesa el macrismo es política antes que financiera / Bonus track un puñado de grandes películas en el Festival de Cosquín / La otra.-radio para escuchar clickeando acá



La frase del título podría definir la línea editorial de La otra.-radio o de este blog, pero la dijo Roberto Bolaño.

Lado A: Bolaño, la inmanencia de una vida



por Rodrigo Videtta

(ver anticipo acá)

Escritor al margen de la academia y la institución. Nace en Chile, al menos eso es lo que da cuenta su pasaporte. Nación sin estado aunque no sin patria; tenía su biblioteca para ello, más de un himno sagrado en distintas lenguas.

Nómade, inquieto, viaja con su familia a México y, como un guevarista al reverso, emprende un viaje a su Chile natal donde es encarcelado. Desde allí se convierte en corresponsal literario de uno los más terribles regímenes políticos. En un acto poético, heroico, une vida con letras y escribe el libro con mayor cariño a la literatura, uno de los más polémicos (La literatura nazi en América). Luego, en un segundo juego borgeano compone Estrella Distante, donde Raúl Zurita y Astiz conforman el desdoble de un mismo personaje.

Del calabozo lo libera lo mismo que lo llevó a escribir estas impactantes novelas, su mirada, esta vez en contacto con un militar, ex compañero de colegio. Vuelve a México, donde junto con su compinche Mario Santiago, fundadores y únicos miembros del Movimiento Infrarrealista, reclaman un lugar en la escena literaria, a costa de correr a otros. Pelean contra Octavio Paz y todo su séquito de aduladores. Ese espacio nunca les es concedido, por lo que deciden partir por separado, juntos toda la vida (Mario Santiago muere unos días antes de la publicación de Los Detectives Salvajes, oda a la aventura épica, aquella que es siempre inesperada).

Viaja a Barcelona, donde vive en una buhardilla de Carrer del Tallers, una esquina donde tenía a mano librería, tabaquería y un café, para cuando podía permitirse un lujo. Vivía a metros de la facultad de filosofía, de nuevo en los márgenes. Acompaña a su madre hasta los últimos días de vida. Luego, cae sumergido en una profunda tristeza, no sólo literaria, de la que es salvado justamente por la literatura, encarnada en un poeta chileno. Éste es el receptor de cartas febriles, desesperadas de las que se torna un amigo a la distancia, un salvador: le contesta con consejos de vida. Así, una vez más, Bolaño corrobora el efecto de las letras en la carne, se recompone y, en un eterno retorno loopeado, se convierte en un férreo defensor de la literatura como salud y enfermedad, por lo que sabemos, hasta 2003, año de su muerte.

Cansado del ritmo de la ciudad, como un personaje de literatura rusa, a la que tanto culto le rendía, se muda frente al mar, a un pequeño pueblo de la costa Brava. Exiliado del exilio y al margen de la marginalidad, Blanes es el lugar donde elige vivir hasta sus últimos días. Territorio donde formará pareja, tendrá hijos, amigos, en fin, encontrará un espacio con tranquilidad frente al abismo del mar y en donde desplegar una vastísima obra que esperaba agazapada: publica novelas, cuentos, ensayos, reseñas, conferencias y esconde poemas, proyectos monstruosos. Como la arcilla, amasa páginas en libretas Miquelrius, las cimenta en capas, muchas capas, una obra que lo trasciende en la inmanencia. Sus personajes viajarán por él, tendrán su universo, una galaxia Bolaño, sólo ubicable geográficamente en su deseo, y cobrarán vida de distintas formas, con cada mirada, con el recuerdo de los que lo conocieron, con cada lector.

Bolaño cuerpo biológico dejó este mundo en 2003, a los 50 años, por un hígado que comenzó a fallar justo cuando su literatura iba en aumento de potencia, quizás también por lo mismo; dos curvas contrapuestas que se encuentran y deviene una revolución literaria a gran escala.

Muere antes de pronunciar un discurso provocador a la joven literatura y escribiendo a contrarreloj una obra “más que inacabada, inacabable” (como dijo Ignacio Echavarría sobre 2666).

Por suerte para nosotros, como activos o virtuales lectores, nos deja primos lejanos, personajes entrañables, sufrientes, vivos; Por la calles de Berlín, allá en 2007, años después de la muerte de Bolaño, vaga Arturo Belano o por lo menos son las últimas noticias tuvimos de él, mientras Archimboldi, con sus pupilas negras, profundas , infinitas y ojos irritados de tanto ver, de tanto querer seguir viendo, hace retumbar sus pies en Santa Teresa, allí cerca del epicentro del nacimiento del Mal.

América y Europa, o más bien, el mal de América y Europa se encuentran en España, Chile, en Sudamérica y en México, en distintas partes de su obra (La pista de hielo, La literatura nazi en América, Estrella Distante, Los detectives salvajes, Amuleto, 2666, por citar algunas de sus novelas).

Su obra todavía empieza a luchar por el lugar de la que se sabía merecedor. Creo que el mejor tributo que podemos rendirle, además de leerlo, lo cual es optativo como todo y recomendadisimo como poco, decía, el mejor tributo podemos rendirle o, simplemente, rendirnos, es el de vivir poéticamente. Hacer de la literatura una con la vida, componer una relación y encontrar allí un espacio ya no virtual sino real, para aumentar nuestra potencia, para trascender en la inmanencia.

Lado B:  Una crisis más política que financiera



Lo que precipitó la peligrosa crisis que vive el macrismo fue la corrida cambiaria inducida por los mismos sectores del poder financiero que hasta ahora venían bancando pero en los últimos días obligaron al Banco Central a sacrificar más del 12% de las reservas internacionales y a llevar las tasas de referencia hasta un insólito 40%, a pesar de lo cual la devaluación del peso es brutal. El efecto que ya se siente es un rebrote inflacionario junto con la caída vertical de la actividad económica, una combinación letal que se denomina técnicamente "estanflación". Pero esta serie de calamidades -que van a sufrir en primer lugar los más pobres y también sectores medios que hace pocos meses habían extendido un nuevo voto de confianza al macrismo- tiene en realidad una raíz política. La inconsistencia del esquema económico que el macrismo aplicó viene siendo objetivamente previsible desde que asumió en diciembre de 2015. La "apertura" de la economía y el endeudamiento masivo que se anunciaron como las curas de todos los males conduce -se sabía- a esta vulnerabilidad que sacude al castillo de naipes que se sostuvo dos años y medio con protección mediática, operaciones extorsivas en tribunales y  el colaboracionismo de parte del peronismo feudal y la burocracia sindical. Ahora se precipita la crisis porque la sociedad, muy sub-reperesentada por sus dirigentes, ofrece una resistencia al ajuste que hace inviables tanto el pretendido "gradualismo" como cualquier intento de política de shock: una derecha ajustadora que gane elecciones tiene en Argentina necesariamente fecha de caducidad. La bronca social se siente y se sentirá más todavía. Entonces algunos de los sectores que bancaron al régimen hasta la semana pasada empiezan a estudiar la posibilidad de apartarse un cachito para no quedar sepultados bajo escombros cuyo desplome empieza a intuirse. "Estoy decepcionada con este gobierno al que yo ayudé a ganar" es la voz del cualunquismo que no quiere hacerse cargo ahora de lo que ayer engendró. Es la bronca de abajo antes que las desaveniencias internas de la coalición gobernante o los atracones de chocoarroz la que les impide encontrar la velocidad exacta del ajuste. El problema no es la velocidad sino el ajuste mismo y el pueblo que no quiere ajustarse y empieza a avivarse. Nadie te dice que va a ser fácil para nosotros, pero tampoco para ellos.

Bonus Track: FICIC

 Esther Díaz y Edgardo Castro: dos potencias se saludan


El Festival de Cine de Cosquín confirmó nuestros mejores pálpitos: fueron cinco días de intensa felicidad cinéfila en medio de la debacle macrista. Lo uno no quita lo otro. Sobre todo cuando hay películas que registran los temblores de la época y plasman estos temblores en formas que empujan los límites de lo filmable. De eso hubo en el FICIC: El silencio es un cuerpo que cae, La imagen imposible, Baronesa, Buenos Aires al Pacífico... Para La otra esta edición del Cosquín tuvo un motivo de regocijo adicional: la retrospectiva completa de Martín Farina, un cineasta al que un poco conocemos, significó algo así como una gran revelación para el cine argentino de esta segunda década. Nosotros lo sabíamos pero ahora parece que el mundo se va enterando. Era hora. En el programa del domingo entrevistamos al director de, entre otras, las muy aplaudidas Mujer Nómade (un retrato de Esther Díaz) y El Profes10n4l (retrato de Perrone filmando) en pleno viaje de vuelta a Buenos Aires, mientras Willy Villalobos nos contagió el entusiasmo por las buenas películas que vio.

La música del programa (con la colaboración de Luciano Rosé): Bowie, Lou Reed, Perras on the Beach, LOUTA, Usted Señalemelo, Prietto. Todo se puede escuchar clickeando acá

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