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jueves, 15 de febrero de 2018

A las cosas hay que salvarlas aunque estén equivocadas



por Ezequiel González *

La vida de Sócrates 

Hoy vamos a hablar del último crack en la filosofía. Hablamos de Sócrates. Sócrates es como el Trinche Carlovich, un jugador que cuentan las buenas lenguas que era mejor que Maradona y Pelé juntos. Pero no hay registros fílmicos de ello. Sólo testimonios. Esto es como una contra tesis al mundo que corre, que parece que todo debe estar documentado y se habla con y desde citas con normas APA.

Sócrates es anterior a las dos líneas de pensamiento en la Grecia antigua: Platón y Aristóteles [1]. Que fueron dos maneras de hacer filosofía. Platón como una especie de tercerización del conocimiento, pues comentaba sus ideas a través de su Quijote, que era Sócrates. Su maestro. Y Aristóteles que es el contador de la filosofía. Pues comienza a sistematizar todo, ya no hay diálogo, sino que empieza a ver textos lógicos y sistemáticos para explicar todas las cosas.

O sea la Delantera del pensamiento antiguo es: Platón (Sócrates) y Aristóteles. Fíjenseme, que ya desde esa época debatía si Balbo y Batistuta podían jugar juntos (la idea de jugar con dos 9),  ese pensamiento que luego popularizó Bielsa.

De Sócrates, decir que no escribió nada. Escribir era debilitar la memoria y además hacer filosofía tiene que ver con dialogar, con la relación con los otros. Un detalle de su filosofía era ese. La filosofía deja de ser poesía, de ser una “cosa” que comentaban los dioses y era interpretada por oráculos y pitonisas, y ellos [los filósofos] eran los encargados de bajar ese conocimiento. Eran una especie de conversores de la verdad. De esos que comprábamos en la calle para ver fútbol codificado o el Venus (que era un canal de contenido cultural para adultos. Guiño).

Su sabiduría nos llega por sus Discípulos. Aristófanes, Platón, y varios más. Platón era el dueño del grabador. Porque pasó todos los diálogos socráticos a textos. El diálogo como forma de hacer filosofía trae eso de que la verdad es una cosa construida por los dos, por los participantes del diálogo. Y no algo que tiene papito y vos la tenés que comprar empaquetado y con la oferta de la comunidad COTO. Primera lección, necesitamos del otro.

Se pueden resumir a pensadores, cosa que está mal; pero se pueden resumir en máximas. De Sócrates decirlo con su: “Sólo sé que no sé nada”. Con esto entiende su misión. Supuestamente el oráculo venía bocinando que él era el que más sabía en Atenas. Así que se dedicó toda su vida a tratar de comprender por qué el oráculo decía esto. Y llego a esa conclusión. Su sabiduría estaba no en saber todas las cosas sino en reconocer los límites de su pensamiento. Dedicó toda su vida a enseñar eso.

Por eso iba a buscar a los hombres que más sabían en la polis: políticos, guerreros, poetas y artesanos.

Sócrates era un mosca. Una especie de Bilardo, que llamaba a las 4 de la mañana preguntando a los defensores a quién tenían que marcar. Le decían así: el Tábano. Demostraba con su método: la mayéutica (dar a luz), que interrogando a las personas, interpelándolos, las exponía a que en realidad no sabían nada. Segunda lección, a veces parece que lo que sabemos es puro acto reflejo, mitos de otros, repetimos cosas, pero no hay pensamiento.

Nietzsche escribió: “uno no piensa en algo que sabe”. Pensar es poner la maquinaria a andar, es buscar, es comenzar el camino. Esto lo traigo para traer también otra frase poderosa de Sócrates, que decía: “la vida sin análisis no vale la pena”. Entrenarse en la vida, si las cosas que hacemos a diario son actos con destinos bonachones o es mera robótica a cumplir roles.

La muerte de Sócrates

Este proceder lo llevo a ser enjuiciado. “El servicio de Sócrates” era eso de dinamitar a todo el que se la creía lunga. En los libros Apología de Sócrates Crítón se habla de sus últimos días. Donde se lo acusa de 3 delitos:

· De no creer en los Dioses. Una especie de ateísmo.
· Profanar la verdad: Hacer fuertes los argumentos más débiles
· De corromper a la juventud.

Existen varias cosas que se desprenden de acá. Sócrates tuvo la posibilidad de huir, pero prefirió acatar el injusto dictamen del juicio. Pensaba que la huida era peor. Era bajarle el precio. Es más, le propusieron o pena de muerte o destierro. Prefirió morir en su tierra, porque él era hijo de Atenas, lo poco o mucho que sabía se lo debía a esa ciudad. Era deudor de la misma. Era más importante salvar la ciudad, en vez de ayudar a arruinarla; en vez de salvarse individualmente. Muere como mensaje. Un mártir. Trae la Idea de sacrificio. A las cosas hay que salvarlas aunque estén equivocadas.

Hay un monologo final en la Apología a Sócrates que es increíble. El tipo deja una lección. No hacemos más que recomendar este monologo, este librito. Es lindo poder morir así. Tener una muerte así. Poder tirar tu posta antes de tomarte el último bondi al cielo. Cantar las cuarenta y partir. “Dí tu verdad y rómpete”, decía Nietzsche. Tirar la tuya, piki piki piki…. Tomarse una cicuta, acordarse de una deuda, mandar a pagar a un amigo una deuda de un pollo que se le debía a Esculapio. Y esperar lo que viene.

Sócrates es un buen ejemplo de los que viven como piensan. Hacen lo que hablan. En tiempos donde muchos se van de pico y tiran recetas de como vivir, qué hacer, desde la vaca atada. Recordar al viejo Sócrates es bello. Él eligió vivir así, en su pobreza, porque para él la riqueza va en el corazón del hombre. Como dijo un Tal Mateo a las 6 y 20 de la tarde: “No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban”. Agregamos donde tus hijos la manyarán. ¡Sócrates Not Dead!




[1]  Los grandes cráneos surgieron luego de un periodo de crisis. (guerra de Peloponeso/Pericles)

* NOTA DEL EDITOR: Encontré este texto filosófico casualmente, me pareció lindo y quise compartirlo. Fuente: f (menor) filosofía menor. Acá.

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