todos estamos igual

lunes, 28 de agosto de 2017

El neoliberalismo y los mitos del progreso científico

Ciencia y longevidad humana


por Cristina Campagna
Dibujos: Carmen Cuervo

Como eterna estudiante de filosofía y en especial de la filosofía de la ciencia, me autorizo a responder a las declaraciones del diputado Leandro López de Cambiemos, quien como justificación de la necesidad de la extensión jubilatoria afirmó que los niños de hoy (puso como ejemplo a su propia hija de 8 años) vivirán 200 años gracias a los avances científico-tecnológicos.

No he leído ni buscaré las fuentes consultadas del diputado, no las necesito. Pues como vicio de la profesión me permito preguntar: ¿cantidad o calidad de vida?

Porque hoy a pesar de los avances científico-tecnológicos :

- no se logró disminuir la mortandad infantil, lo que es peor aún, en algunos ha aumentado

- mil niños/as mueren por día a causa de consumir agua no segura

- millares de niños/as mueren a causa de enfermedades evitables, es decir que existen remedios o vacunas que, de haber tenido ellos acceso, seguirían con vida

- incontables niños/as mueren por hambre y frío

- cientos de niños/as mueren a la semana por guerras o atentados en sus territorios

- miles de niños/as son expulsados de sus comunidades producto de la segregación, las diferencias políticas, religiosas o simplemente por la ocupación de esos territorios, porque son apetecibles para los invasores

- miles de miles de niños/as viven como refugiados en carpas o viviendas muy precarias

- miles de niños/as quedan huérfanos por la violencia étnica, guerras civiles, etcétera.

- cientos de miles de niños/as no reciben educación o la que reciben es de pésima calidad, que compromete seriamente su futuro

- miles de niños/as mueren a causa de los desastres climáticos: lluvias, inundaciones, sunamis, terremotos...

- miles de niños/as sufren enfermedades graves o ya nacen con deformaciones producto de los pesticidas

- cientos de miles de niños/as están condenados a la desnutrición por su escasa o pobre calidad alimenticia, cuestión ésta que los inhabilita para un desarrollo pleno y digno

- miles de miles de niños/as no alcanzarán la adultez a causa del HIV o distintas enfermedades de transmisión sexual

- miles de niños/as son sujetos del comercio de la carne humana a través adopciones ilegales, que en muchos casos sirven para ser vendidos para la prostitución

- miles de niños son entrenados para la guerra y por cierto en la primera línea de combate

- miles de niños/ as son segregados y/o despreciados por sus entornos a causa de sus discapacidades físicas o mentales

- miles de miles de niños/niñas son… agreguen mil y una calamidades más…


Entonces después de este desdichado recorrido de nuestros niños/as, ¿de que doscientos años hablamos? ¿de qué esfuerzo científico-tecnológico discurren?

No engañemos o nos hagamos los distraídos o permitamos que nos distraigan, la cuestión es política, producto de la profunda desigualdad que atraviesan las sociedades actuales.

Por cierto, para derrotar esta profunda desigualdad las ciencias tienen herramientas o pueden señalar caminos. Las devaluadas ciencias sociales son las fundamentales para aproximar soluciones, respuestas provisorias, porque cada aspecto de los señalados requieren estudios situados. No existen soluciones universales para los problemas aunque estén vinculados.

Las respuestas necesariamente tienen que contemplar las diferencias étnicas, culturales, estructurales. De ahí que el mayor peso tiene que ser aportado por las ciencias sociales, atravesadas para bien y para mal por las tecnologías.

Para seguir pensando dejo abierta la pregunta ¿Cantidad o Calidad de vida?

2 comentarios:

Carlos dijo...

Inconcientemente la autora del post coincide con el diputado PRO: si se disminuyen los gastos en jubilaciones se podría atender la urgencia de niños recién nacidos.

Porque es evidente que el Estados gasta actualmente en jubilaciones y fármacos gratis para la tercera edad cifra muy superiores a las que requeriría atender a los niños en grave riesgo sanitario. Piénsenlo.

Oscar Cuervo dijo...

No es ninguna evidencia lo que decís. Es una falacia atribuir esas conclusiones al post. Lo que dice es que la vida se prolonga solo para los sectores no vulnerables de la sociedad. De ningún modo puede presentarse el argumento como un dilema entre invertir entre jubilados o niños. Tu inatinencia lógica te hace pasar por alto la premisa de que el promedio de vida no expresa la edad de los que más viven, sino que incluye a los niños que por situación de vulnerabilidad no llega a adulto. De modo que solo con mala leche se puede interpretar como vos lo haces.