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martes, 7 de febrero de 2017

El régimen estrangula el estado jurídico día a día: macrismo y democracia se vuelven incompatibles

Hoy persiguen a Highton de Nolasco y Parrilli: mañana vemos



Estado de situación en pocos párrafos:

Las clases dominantes llegaron al poder a través de elecciones, por primera vez con una coalición política manejada por los dueños de los poderes fácticos. 

Las promesas electorales: pobreza cero, unir a los argentinos, respeto a las instituciones, guerra a la droga.

14 meses después han bastado para poner en evidencia que no pueden realizar ninguna de las 4 cosas.

Se les cayó el aliado del Norte. Las inversiones productivas no vinieron ni vendrán. La fuga de capitales y el endeudamiento aumentaron de manera exponencial. Sigue la recesión, la inflación y el déficit fiscal.

En un año de elecciones, solo pueden ofrecer: tarifazos, paritarias perdiendo la carrera con la inflación, flexibilización laboral y blindaje mediático.

El régimen de los CEO solo cuenta con que la mayor parte de la dirigencia política, empresarial, judicial y sindical sean sus cómplices.

Como van las cosas, si funcionaran las garantías constitucionales, en agosto y octubre próximos el régimen macrigato sale tercero.

El dilema para ellos es cuántas instituciones deben arrasar para mantenerse en el poder y a cuántos dirigentes pueden sumar a un estado represivo para seguir en el poder.

No habrá lluvia de inversiones a pesar de haberle pagado a los buitres. La inflación no bajará a menos que liquiden el consumo popular y flexibilicen las condiciones laborales. Para eso hace falta: complicidad de toda la dirigencia, abolición de las garantías jurídicas, espionaje a los dirigentes opositores, proscripción, un poder judicial servil.

Sobre todo: hace falta represión para que el salario pierda contra el aumento del costo de vida y se imponga la precarización laboral. Y hace falta abolir el estado de derecho para que la represión sea viable.

El estado de derecho va aboliéndose día a día por goteo: un día encarcelan a una dirigente social, otro día espían a opositores, otro día intentan remover a jueces indóciles, etc.

Hoy la ofensiva del régimen va contra la Corte: quieren sacarse de encima a Highton de Nolasco para asegurarse una mayoría automática. No hay CEOcracia sin mayoría automática. No es posible autorizar la persecución a opositores sin una Corte adicta.

Lorenzetti, responsable de las escuchas judiciales, consiente que la AFI, manejada por un delincuente, manipule escuchas para perseguir a los que pueden ganar en las elecciones de medio término. Simple: penden sobre él graves acusaciones por negociados con laboratorios y obras sociales en su época de abogado en Rafaela y por la muerte de un joven que el Presidente de la Corte atropelló hace pocos meses. Lorenzetti está neutralizado.

La remoción de Highton es necesaria para volver a una mayoría automática como la de los años 90. Hace falta que la persecución de opositores, los fallos contra los reclamos gremiales, el despliegue de las fuerzas represivas y el fraude en agosto y octubre no encuentren escollos en tribunales.

Hoy se lanzaron contra Oscar Parrili, piden su detención en base a escuchas irregulares y con argumentos parecidos a los que le dieron prisión política a Milagro Sala. El hostigamiento a Parrilli es una aproximación a su objetivo principal: Cristina. 

Sucede que todas las encuestas dicen que si Cristina se presenta a elecciones por la provincia de Buenos Aires, gana. Por ende: el régimen no soportaría elecciones libres de medio término. Necesitan: proscriptos y/o fraude. Y para eso es necesario un poder judicial subordinado al régimen y una clase dirigente cómplice.

Lo harán todo en nombre de la República, mientras ahogan día a día a la República.

Eso por el lado jurídico: no vamos a pobreza cero, vamos a república cero.

Pero falta la parte social: ¿cómo hacer viable que el salario este año baje en relación con la persistente inflación? Con desempleo, precarización del trabajo formal y una dirigencia sindical cómplice.

El esquema de 2016 está vencido: ya no basta con la "pesada herencia", la espera de la lluvia de inversiones y el blindaje mediático. El pueblo no lee diarios para enterarse del costo de vida: les llegan las facturas por debajo de la puerta.

El Trío Los Panchos que dirige la CGT se amoldó durante 2016 al esquema de la pesada herencia y los brotes verdes. Este año, para darle la cara a sus representados, necesitará hacer esfuerzos sobrehumanos. O empezar a ponerse del lado de sus bases.

El Trío Los Panchos está esperando hasta "fines de marzo o principios de abril" para ver qué grado de lealtad mínima a sus bases les puede permitir impedir que sus bases lo desautoricen. ¿Cuánto le tienen que mostrar los dientes al régimen de las clases dominantes para no terminar pegados a esa clase? Para resolver ese dilema, tienen que encontrar una posición distinta a la que tuvieron hasta ahora: quedarse Panchos.

En cuanto a las elecciones: si hay elecciones libres, el régimen pierde en su primer test electoral.

El régimen estrangula el estado jurídico día a día: ahora le toca jugar a la sociedad civil.