todos estamos igual

martes, 13 de septiembre de 2016

¿Alguna vez usted se puso a pensar por qué Uruguay es el único país de esta región en el que no hubo intentos de golpe en estos años?

"El presente es un puente hecho con piolines poco resistentes": La otra.-radio, para escuchar clickeando acá



La pregunta del título la hizo un amigo que vivió muchos años en la República Oriental del Uruguay y conoce esa sociedad por dentro. La pregunta la hizo el día que Dilma fue destituida de la presidencia de Brasil por un golpe mediático-parlamentario. Quizás una parte de la respuesta la tenga el talentoso Leo Masliah. Masliah, en declaraciones para el programa Podría ser Peor de la radio chilena Biobío, dijo:

"José Mujica es un individuo que ha tenido una especie de marketing internacional muy activo y muy exitoso, pero lamentablemente su presidencia en Uruguay significó varias cosas muy oscuras y muy pesadas. Durante su presidencia, el grado de extranjerización de la tierra llegó a superar la mitad del país. Es una persona que, pese a tener la imagen internacional de ser una especie de paladín de los derechos humanos, en Uruguay no hizo otra cosa que proteger a criminales de lesa humanidad todo lo que pudo y obstaculizó todo lo que pudo las investigaciones por los crímenes de la época de la dictadura”.

Y agregó:

“Realmente [Pepe Mujica] es una figura, a mi entender, completamente nefasta. Sé que no es la imagen que ha dado en muchos países”.

Masliah es un artista históricamente comprometido por la lucha contra la impunidad de los crímenes cometidos por la dictadura militar de su país, como lo muestran algunas de sus canciones:



No revuelvan el pasado
no me vengan con las cosas que pasaron
dejen que los muertos vivan en sus tumbas
dejen que los vivos mueran en paz.

Sólo importa el futuro
el pasado es sólo un sueño muy oscuro
cierre ventanillas a las pesadillas
siga la volada que no pasa nada
cruce la calzada que no viene nada
pase al otro lado y ya estará salvado.

No revuelva el pasado
no me venga con las cosas que pasaron
no me venga con las cosas que quién sabe si pasaron.

No revuelvan el pasado
no investiguen en las brasas del asado
dejen que los muertos mueran
dejen que los vivos vivan
y ustedes, no sé.

El presente es un puente
hecho con piolines poco resistentes
si la gente es prudente
cuando pase al otro lado
un fosforito, una tijera
y es asunto liquidado.

No se fijen lo de antes
sólo marchen derechito pa delante
si alguien se da vuelta o gira la cabeza
se transformará en estatua de sal.

No revendan el pescado
no levanten las perdices que cazaron
no revuelvan el pasado
no me vengan con las cosas que no pasaron.

Mano a mano hemos quedado
las torturas recibidas creo haberlas indultado
y si alguna deuda externa chica te dejé
pagala, je, je...

No revuelvan el pasado
el cerebro hay que tenerlo bien lavado
es la noria de la historia
hay que darle un empujón a la memoria.

No se quede, desenrede
esas circunvoluciones cerebrales
de sus tercos y porfiados lagrimales
el futuro es seguro
el pasado es lo que pudo haberse dado
si le da pelota, uno se alborota
hay que hacerse el sota
y a laburar.

Cuando el establishment político uruguayo promovió una Ley de Caducidad de las Pretensión Punitiva del Estado (conocida como "Ley de Impunidad por sus críticos), Masliah escribió:



Mamá, quiero que Caduque tu Pretensión Punitiva sobre Mí

No te me vengas arriba, dame una oportunidad
sos demasiado impulsiva, yo te quisiera explicar
no me rezongues, mamita, yo sé que me porté mal
pero si yo no lo hacía eran otros los que me iban a rezongar.

Te juro que no, no, mamá
yo no quería, mamá
votar la ley de impunidad
No, no, mamá
yo no quería votar, mamá
la ley de impunidad.

Pero si yo no lo hacía, los militares, mamá
sé que no me dejarían salir de nuevo a jugar
así que no me rezongues, mamita, vos lo tenés que entender
no me quería perder de jugar otra vez a tener el poder.

Pero, mamá, no me gustaba votar, mamá, la ley de impunidad
No, no, mamá, no me gustaba votar, mamá, la ley de impunidad.

Es una ley espantosa pero sería peor
que me cavara la fosa por defender el honor
Así que no me rezongues, mamita, ya no sería legal
tu pretensión de retarme no corre con la nueva legislación.

Pero, mamá, mis sentimientos no están del lado de la impunidad
No, no, mamá, mis sentimientos no están del lado de la impunidad.

Lo que pasa es que tengo una banca y me espera
tengo que ir a legislar,
no es una banca cualquiera, vale por un Uruguay
así que no me rezongues, mamita, yo sólo quise cuidar
de que me siga bancando la banca y la vaca me de de mamar.

La insistencia de Maslíah a lo largo de las décadas contra la impunidad de los represores uruguayos no halló eco en el sistema político de su país y los crímenes quedaron finalmente impunes. Maslíah atribuye al gobierno de Pepe Mujica una gran responsabilidad por ello.

En nuestro país, los intentos de los gobiernos civiles de la postdictadura por hallar subterfugios para que los crímenes de Lesa Humanidad quedaran impunes (los más notorios fueron las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final del alfonsinismo y los indultos de Menem) cesaron con la llegada del kirchnerismo al poder. En los 12 años kirchneristas esos obstáculos contra la justicia se removieron y la realización de los juicios a los terroristas de estado fueron apoyados desde el gobierno. Con la llegada del macrismo al poder, esa política de estado se está comenzando a desandar. Por supuesto, el gobierno de Cristina Kirchner conoció varios intentos de desestabilización por parte de los mismos sectores que apoyan al actual oficialismo.

De eso hablamos en un tramo de nuestro programa del domingo pasado en Radio Gráfica. En ese bloque también recordamos el 41ª aniversario del recital Adiós Sui Generis en el Luna Park. Y pasamos framentos de un par de canciones que en su momento sufrieron censura en Argentina. Para escucharlo, clickear acá.

8 comentarios:

Nicolas dijo...

Está bueno lo que plantea Masliah y tiene algo de razón, el Frente Amplio, y Mujica particularmente, fueron bastante conciliadores con los militares. Hay una relación de años, desde la dictadura, entre los tupamaros y los militares (hay libros al respecto). Hace unas semanas murió Fernández Huidobro, ministro de Defensa de Mujica, y los militares lo elogiaron, dijeron que se había ganado el respeto de las fuerzas armadas.
Dicho lo anterior, los uruguayos en general han tenido una actitud de reconciliación respecto de lo ocurrido en la dictadura. Más allá de la actitud de algunos miembros del gobierno del Frente (como los tupamaros-MPP), hubo un plebiscito en 2009 sobre la anulación de la ley de Caducidad (simultáneo con la elección presidencial que ganó Mujica). En ese plebiscito el pueblo votó por mantener la ley de Caducidad-impunidad.

Oscar Cuervo dijo...

Nicolás, creo que hay un gravísimo error en el planteo de reconciliación que mencionás. Los agravios jurídicos (incluidos secustros, torturas y asesinatos) que sufrieron las víctimas de la represión no pueden ser sometidas a referendum. Porque ello significa que una mayoría circunstancial acepta la impunidad que se cometió contra un sector de la población que obviamente no pudo votar por estar asesinado o porque constituye una minoría circunstancial. Probablemente en Alemania nazi eran mayoría los que apoyaban a Hitler y si hubiera plebiscitado el genocidio, tal vez lo habría ganado. En general, plebliscitar crímenes de estado abre la puerta a que mayorías circunstanciales acepten el exterminio de minorías perseguidas. No se pueden plebiscitar los derechos humanos. ¿Qué pasaría si hoy en Argentina si se plebilscitara la tortura para los responsables de hurtos? ¿Qué pasaría si en la Eurpa racista de hoy se plebiscitara si los inmigrantes pueden gozar de los derechos constitucionales? Es una ironía repulsiva llamar a eso "reconciliaci{on", cuando se trata de una mayoría consintiendo el exerminio de una minoría. Simplemente la clase política no puede someter estas políticas de estado sobre derechos humanos a plebiscitos. Las víctimas del terrorismo de estado uruguayo no se reconciliaron. Lo que hizo la clase política uruguaya es legitimar un crimen colectivo y arrastró a ser cómplices de ese crimen a una mayoría circunstancial.

Oscar Cuervo dijo...

Finalmente, quizás eso explique en parte por qué en Uruguay la derecha no tiene la necesidad de hacer golpes.

pitch dijo...

Excelente post y, mejor todavía, tu respuesta a Nicolás: no hay que dar lugar a la imprecisión (unas veces ingenua, muchas más, maliciosa); debe quedar claro que no se puede plebiscitar un crimen colectivo (tu paralelo con el Holocausto es demoledor). Además, es hora de dejarse de jorobar con el tema de la reconciliación tan livianamente. Porque los efectos del terrorismo de Estado van mucho más allá de lo fáctico, de lo sociológico-político obvio. Además de un exterminio demográfico, quedó instalado un maldito limbo metafísico del que todavía muchos argentinos no pueden salirse. Porque lo hecho por la Dictadura se parece a redoblar la trampa del laberinto, introduciendo en el corazón de éste, otra, todavía más sofisticada. Todo lo que rodea a una extinción humana violenta y masiva termina adquiriendo connotaciones similares al mecanismo de una bomba-racimo, concebida para explotar con estudiado retardo, multiplicando los efectos devastadores en el tiempo. Por eso no resulta sorprendente la continuidad de la contradicción de muchos. De igual manera, que sigan existiendo roñosos tópicos de duda respecto de esa tragedia, empaña tristemente las reivindicaciones obtenidas. La sociedad argentina, toda, suele pensarse - en un giro realmente mítico por lo auto-elegíaco - que han sido todos y cada uno de sus miembros quienes obtuvieron el regreso de los derechos civiles y, en verdad, ese honor le corresponde, mayormente, a los luchadores sociales de siempre que nunca bajaron brazos.
En cuanto a Mujica, más allá de sus nada inocentes desvaríos, uno se pregunta qué usina exterior, realmente, ideó ese marketing sensiblero del Fusca que como souvenir se vende en los países centrales, de donde luego los reimportamos. Es decir, quién, con deliberada malicia, instaló esa imagen y la socializó perversamente. Solo de pensarlo, da escalofríos por el grado de inteligente retorcimiento. Mis saludos. Claudia.

Nicolas dijo...

Estoy de acuerdo en que no se pueden plebiscitar los derechos humanos. Si el problema es el término "reconciliación" se le puede decir de otra forma, habría que preguntar a las víctimas y familiares de víctimas. Los que movieron para que se realice el plebiscito fueron ellos, las organizaciones de familiares, de izquierda, del FA y por fuera de él, juntando firmas. No tengo claro por qué apostaron por el plebiscito porque no conozco a fondo el sistema jurídico de Uruguay, pero la idea era anular la ley de impunidad; supongo que el parlamento no podía hacerlo por sí mismo.
El tema da para largo por varias razones, primero porque se cuestiona (con razón) la capacidad de una mayoría circunstacial para decidir sobre ciertos temas. También son mayorías circunstanciales las que eligen presidentes, y son mayorías parlamentarias circunstaciales las que deciden leyes antipopulares.
Segundo, la ley de Caducidad de Uruguay es un tema muy polémico y que ha tenido idas y vueltas desde que se aprobó. Fue defendida por sectores populistas y progresistas. Además del de 2009 hubo otro referéndum en el 89 con juntada de firmas, y ahí tampoco ganó la anulación. La postura del Frente Amplio siempre ambigua, debido a su propio carácter de coalición de partidos con sectores de intereses opuestos, muchos liberales, atravesado por tensiones internas, siempre jugando a dos puntas.
Tercero, la cuestión de los plebiscitos y referéndums en Uruguay, donde se han hecho plebiscitos por un montón de cosas que en Argentina resultarían extrañísimas. La dictadura hizo un plebiscito en 1980 para que se apruebe una nueva constitución que los legitimara en el poder, y fue rechazada. Muchos temas polémicos se han sometido a plebiscito. No creo que los DDHH sean tema para un plebiscito, no creo que así lo pensaran quienes lo promovieron y juntaron firmas. La ley protege a los criminales de lesa humanidad, hay una situación de impunidad que se trató de cambiar por medio de plebiscito, y no se logró.
Uruguay es un país raro para algunas cosas. Me queda rebotando la pregunta que da título al post.

Anónimo dijo...

En Uruguay no hizo falta dar golpes de estado
En Chile tampoco...
En Argentina plebiscitamos la vigencia de un proyecto inclusivo y de defensa de nuestra soberanía, y perdimos.
Quizás acá tampoco hagan falta ya los golpes militares.

Oscar Cuervo dijo...

Carlos y Nicolás:
creo que no se puede comparar una elección presidencial con un plebiscito para garantizar la impunidad de los crímenes de estado. El solo enunciado de la oración lo dice todo: si hay elecciones libres, alguien gana y es legítimo desde todo punto de vista. La elección que ganó macri lo lleva a ser presidente durante un período, no se trató de ningún plebiscito, sino del funcionamiento normal de la Constitución. Esto es inconmensurable con legitimar crímenes de estado mediante un plebiscito. Al empezar a equiparar situaciones inconmensurables nos deslizamos por una pendiente donde se puede terminar legitimando que una consulta popular arrase con derechos humanos. La Consttución argentina le confirió jerrquía constitucional al Pacto de San José de Costa Rica sobre derechos humanos. Para quitarle esa jerarquía habría que reformar la constitución, lo que requiere mayorías especiales y una convención constituyente. No sé qué sectores de Uruguay promovieron el plebiscito, habría que averiguar con precisión. Pero el camino lo marca Argentina cuando anula por inconstitucionales las leyes de impunidad. Masliah tiene una explicación: el propio gobierno de Mujica promovió la impunidad. Entonces la manera más clara de caracterizar lo que pasa al respecto no se denomina reconciliación ni se equipara a una elección, sino que se trata de la continuidad del terrorismo de estado garantizando impunidad a sus responsables penales.

Carlos G. dijo...

Oscar, vos tenés razón, y yo no quise (pido disculpas si éso es lo que se entendió) comparar una elección constitucional de autoridades con plebiscitar temas vinculados a los derechos humanos.
Quizás (o seguramente) forzando la situación equiparé una elección con un plebiscito, ya no entre determinados candidatos sino entre dos proyectos antagónicos.
Además ése no era el tema del post; es que a veces uno se pone monotemático.