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sábado, 6 de agosto de 2016

Una izquierda del siglo 21 se recorta del trosquismo cerrado



por Eduardo Castilla

Fracaso de la ofensiva reaccionaria contra Hebe y los organismos de DD.HH
Después de un día de tensiones, Martínez de Giorgi levantó la orden de captura contra la referente de Madres. El intento de detenerla había fracasado por la movilización y el amplio repudio.
Fracaso de la ofensiva reaccionaria contra Hebe y los organismos de DD.HH Eduardo por Eduardo Castilla

Sábado 6 de agosto | Edición del día - La izquierda Diario.

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Este viernes por la tarde, el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi definió levantar el pedido de captura que pesaba sobre Hebe de Bonafini desde el jueves por la mañana. El intento de la Policía Federal de detener a la dirigente de Madres en la tarde de ese díd había fracasado por la movilización y el fuerte rechazo social y político que generó el ataque del juez contra los organismos de DD.HH.

La orden de captura se levantó a partir de un principio de acuerdo en el juzgado de Martínez de Giorgi, donde éste aceptó tomar declaración a Hebe por la causa “Sueños compartidos” en un lugar distinto a los tribunales de Comodoro Py. Así, el encuentro podría tener lugar en la sede de Madres o en el domicilio particular de Hebe en La Plata.

Posteriormente, en una entrevista radial, el juez afirmaría que “levanté la orden de detención porque se presentó un abogado de Hebe de Bonafini y en ese escrito pidió si podía cumplir la indagatoria. A la vez pidió la exención de prisión”.

A primera vista, pareciera que ambas partes cedieron algo para llegar a este acuerdo. Sin embargo, la dinámica de los hechos y sus causas más profundas tienen un mayor nivel de complejidad.

Fracaso y aprietes

Como se informó ayer, Martínez de Giorgi actuó como si el calendario marcara la fecha de 1976, no de 2016. El operativo policial desmesurado, con decenas de efectivos, camiones y un helicóptero, realizado el día que las Madres llevan a cabo su ronda semanal, fue leído como una abierta provocación política que terminó acrecentando el descontento en amplios sectores progresistas y de izquierda.

La importante movilización y el enorme repudio social y político fueron lo que hicieron fracasar el intento de detención. Haber intentando llevar adelante ese objetivo hubiera significado apelar a una fuerte represión, con enormes costos políticos para el Gobierno. La aclaración del juez, indicando que la detención dependía de la cartera que tiene a su cargo la ministra Patricia Bullrich, buscaba deslindar toda responsabilidad en un escenario de ese tipo.

Pero la mañana de este viernes encontró al juez continuando una política dura, anunciando denuncias contra quienes eran considerados “cómplices” por haber impedido la detención y pidiendo a cámaras legislativas nacionales que juzgarán a los legisladores que habían participado en las movilizaciones del día anterior. Desde la izquierda, fue Myriam Bregman, diputada nacional del PTS-Frente de Izquierda, quien cruzó a Martínez de Giorgi por este intento de avanzar aún más profundamente en el ataque a las libertades democráticas.

Junto a esto, el juez buscó argumentar que no buscaban detener a la “luchadora por los derechos humanos sino a la Hebe constructora de casas”. Este argumento se convirtió en el centro de un fuerte discurso mediático, donde se intentaba disfrazar el ataque político lanzado con una (aparentemente) inocua investigación sobre la corrupción.

El intento de contraponer “corrupción” a “derechos humanos” era una burda operación política para mostrar una Justicia “desideologizada” o “apolítica”, algo que solo podían comprar incautos o quienes cedieran ante la marejada de la opinión pública instalada por la Corpo mediática.

El Gobierno ratificó el ataque

A pesar de que el juez afirmó que el Gobierno no había intervenido ni para dar la orden de captura ni para exigir su levantamiento, quedó en claro, con las declaraciones de los principales funcionarios del oficialismo, que adherían y apoyaban completamente la ofensiva lanzada.

Una de las primeras en salir a justificar el ataque fue la vicepresidente Gabriela Michetti, quien afirmó que “Hebe nos está manipulando” y sostuvo que “todos somos iguales ante la Ley”, una afirmación que no resiste un análisis profundo ni tampoco una serie de ejemplos concretos.

El jefe de Gabinete reiteró las mismas ideas que había vertido en la tarde del jueves, señalando que “en democracia todos somos iguales ante la ley”. Estas afirmaciones no toman en cuenta la propia experiencia de muchos de los funcionarios macristas que han gozado de de las mieles del accionar de la casta judicial, actuando siempre a su favor.

Más tarde, el ministro de Seguridad de Buenos Aires, Cristian Ritondo salió a decir “acá nadie discute una lucha por los derechos humanos; lo que uno puede pensar es que nadie se esconda detrás de los pañuelos blancos para no dar respuesta en la Justicia”.

Recordemos que, los que ahora dicen embanderarse en la defensa de los Derechos Humanos, son los mismos que defendieron a Darío Lopérfido como secretario de Cultura de CABA o no levantaron un solo grito de protesta frente a la impunidad que desplegó el carapintada Aldo Rico en el desfile del 9 de julio pasado. El cinismo viene en color amarillo.

Irónicamente, o no tanta, los mismos que ahora acusan a las Madres y a Hebe son los que han negociados con represores y políticos responsables de la impunidad por décadas.

Movilización y resistencia

En la tarde del jueves se hizo evidente que fue la movilización activa y el repudio popular lo que pudo frenar la detención y lograr detener la ofensiva reaccionaria que se trataba de instalar desde un sector del llamado Partido Judicial.

La paradoja para el kirchnerismo, como se señaló ayer, reside en el hecho de que lejos de impulsar esa movilización, se apuesta todas las fichas a la negociación interna en el peronismo. Fuente: Acá.


NOTA DEL EDITOR: Me sigue pareciendo muy interesante la línea política que está planteando la izquierda trosquista encarnada por el PTS, que trae una renovación generacional que no se agota en el remplazo de viejos dirigentes eternizados en sus cargos (como Altamira y Pitrola del PO), sino más que nada se manifiesta en los criterios con que encaran los desafíos de una izquierda del siglo xxi y, por qué no decirlo, post kirchnerista. El lanzamiento de un muy buen portal de noticias como  La Izquierda Diario muestra el valor estratégico que el PTS le da a este tipo de comunicación, para desbordar el nicho por el que la prensa trosquista tradicionalmente se dirigió solo a los convencidos. La Izquierda Diario es un producto periodístico de calidad que les permite constituirse en lectura necesaria para los que incluso no somos trosquistas, un público más amplio que el lector de la prensa partidaria. Lo valioso es que el PT S parece comprender el valor estratégico de las comunicaciones digitales para llegar a manejar una agenda diferenciada de los medios corporativos - a cuyos representantes no vacilan en interrogar iincisivamente, como cuando hace poco obtuvieron de Julio Blank, redactor en jefe de Clarín, la declaración de que vienen haciendo "periodismo de guerra", mal periodismo. El valor de la nota se muestra porque las declaraciones rebotaron en todos los medios e hicieron admitir a Clarín algo que ningún otro medio logró. Además, al convocar a la elite de los grandes medios La Izquierda Diario demuestra que está en condiciones de trabajar profesionalmente sin renunciar a su proyecto estratégico ni tampoco machacar con consignas que sólo interpelan a los propios. Comunicar bien y con honestidad no es una práctica muy común hoy entre los que viven haciendo operaciones ni entre otros sectores liberal- demócratas como José Natanson o Martín Rodríguez que esconden sus posiciones políticas desde una pretendida equidistancia. 

El PTS parece entender que comunicar bien y romper con la tentación sectaria del PO o la descripción alienígenea de Le monde diplò es un modo de llegar con mayor inteligencia y honestidad política a bases que hoy reclaman una apertura a la altura de los tiempos.

Mientras Hebe sufría el ataque de la mafia judicial y el ataque del PO descalificó a Hebe y se sumó al coro de la derecha que con argumentos liberales le exigían que ceda a la extorsión mafiosa judicial, desconociendo el contexto en el que el macrismo está manipulando a jueces clasistas que hagan el trabajo sucio de persecución de los disidentes del campo popular, la reacción inmediata que tuvieron dirigentes del PTS como Nicolás del Caño, Myriam Bregman y Chipi Castillo fue salir este jueves a respaldar a Hebe en la calle. Esto marca a las claras una concepción muy distinta de la unidad estratégica del campo popular, sin caer en el sectarismo reaccionario del trosquismo sexagenario. Bregman conoce como pocos la manera de hablar en el ámbito mediático, tiene una trayectoria impecable en la defensa de los derechos humanos, una presencia junto a sus compañeros en los conflictos de las bases obreras, pero sin el sectarismo de despreciar constantemente a otros luchadores del campo político social. Parecen decididos a practicar una unidad en la acción con sectores diversos con los que hayan coincidencias mínimas, sin privarse de criticar al peronismo y al kirchnerismo desde una posición no gorila.

Esta novedosa manera de encarar la construcción política marca una notable diferencia con otros trosquismos que se limitan a una posición antiperonista bajo la excusa de las contradicciones internas del peronimo. Los del PTS no se privan de criticar al peronismo o al kirchnerismo si hace falta, pero con argumentos superadores y no sectarios.

Será por eso que vienen creciendo, a pesar de las críticas del trosquismo geriátrico y la desconfianza de los peronistas macartistas.

Por eso es posible augurar en los próximos años un crecimiento que los nutrirá de fuerza joven.