todos estamos igual

sábado, 29 de agosto de 2009

Dos o tres cosas que yo sé de ellos


("Presentan la ley para controlar a los medios, Julio Blank, Clarín, 30/8/2009)
Estos son años oscuros para la autodenominada "prensa". Algún día el rol de las empresas mediáticas en este período será estudiado con una mezcla de curiosidad y repugnancia.

por oac

Dos fallidos al hilo en la noche del jueves ponen en evidencia la patética relación entre medios y política de la que hablaba hace poco el diputado Carlos Raimundi. Código político, el programa del dúo Van der Koy-Blank en TN. Primero es Adrián Pérez, el joven sobresaliente de la Coalición Cívica el que aparecese oponiéndose a la nueva ley de medios en estos términos:

Lo que sucede es que con esta ley el gobierno quiere crear otro monopolio de medios...

Lo dice en los estudios del actual monopolio realmente existente, monopolio al que el fallido alude y que cada noche tiene a Adrián y a su jefa como invitados preferenciales.

Más tarde es a Julio Blank, autor de la antológica frase La crisis causó dos nuevas muertes, al que se le escapa un flatus vocis. Anuncia:

En este instante está empezando el nuevo paro del Campo, tenemos un móvil de TN en Charata.

Y mirando hacia afuera de cámara, pregunta: "Me dicen que lo tenemos a Eduardo Buzzi, Eduardo, ¿está ahí?". Y el director poncha al camión de exteriores de TN, la noche chaqueña iluminada por los reflectores del Grupo, mientras un atildado señor canoso tiene el micrófono de TN, el amigazzo Buzzi: "¡Acá estoy, Julio!". Y colapsa Blank: "¡Gracias por estar ahí, Eduardo!".

¡Oia! Sin querer, entrevistado y entrevistador deschavan el fato que los une, como esas parejas clandestinas que se hacen evidentes a los ojos de todos por un pequeño gesto que se les escapa: el jerarca del holding le agradece al luchador rural que esté ahí, justo donde TN dispuso dar por inauguradas las trasmisiones del nuevo round "Gobierno vs. Campo". ¡TN llega al lugar de los hechos antes de que los hechos sucedan y le agradece al amigazzo que asuma la conducción desde exteriores de tan apasionante acontecimiento! Cuando Blank se da cuenta de lo que dijo, se embatata, aclara: "quiero decir: usted está ahí luchando por los suyos, pero gracias por darnos esta entrevista". Y oscurece.

En primer lugar: sea cual fuera el resultado de la escaramuza parlamentaria que se avecina en torno a la nueva ley de servicios audiovisuales, hay algo que ya es irreversible. Hace un año, la exégesis del tratamiento mediático del lock-out patronal era cosa de semiólogos. Hoy el rol político de los medios ya está instalado en la agenda pública. Clarín podrá mantener o no la fusión Cablevisión-Multicanal, podrá ponerle palos en la rueda al contrato AFA/Estado Argentino o no, podrá hacer lobby para postergar el tratamiento de la ley hasta que asuman legisladores más dóciles o no, podrá especular con que la nueva conformación de los bloques le permita sacar mayores tajadas si los más dóciles o no le facilitan los futuros negocios. O no. Pero la descarada manipulación a la que las empresas mediáticas han sometido a sus usuarios en estos últimos meses, la falta de decoro de los empleados de los holdings cuya credibilidad se ha ido mellando a la vista de todos, la autoparodia en la que están cayendo en la desmesurada confianza de impunidad para mentir perpetuamente que muestran, la exasperada tonalidad distorsiva con la que desprecian la inteligencia de su espectador tienen un precio político y también uno de mercado. La clase media a la que Clarín pretende tener una llegada directa e inapelable puede que no se fume a los K, pero empieza a ver los modos un tanto hiperbólicos con que Todos Nosotros la engaña sin piedad.

Quizá sea Julio Grondona el que lo hizo: el segmento futbolero del mercado tiene características especiales, una cierta destreza en la lectura del rol de los medios en el negocio deportivo. Los hinchas de fútbol más o menos avispados saben qué pito tocan el Clarín Deportivo, Olé!, TyC sports, Fútbol de Primera, saben las operetas que a lo largo de estos años han hecho Fernando Niembro y otros empleados de menor rango a favor o en contra de cada DT de la Selección, y cómo van entongados en la compra y venta de jugadores. El tele-espectador futbolero ha aprendido a advertir cuando Niembro menciona cinco veces en un partido la presencia en las plateas del colorado. Y la ruptura del contrato de la AFA con TSC no puede ser vendida a ningún hincha incauto como un atentado a la libertad de prensa, sino que aparece desnuda como lo que es: el fin de un negocio colosal, lo que dará lugar a otros negocios. El propio canal de De Narváez, que necesita sepultar políticamente a los K, recibe una oferta a la que no podrá resistirse y termina aceptando parte del paquete futbolero del fin de semana. El golpe asestado al Grupo Clarín en su joy division es leído popularmente como un asunto de dinero y poder. El Grupo queda en offside y manda a su empleado del mes, Marcelo Bombau (a) el abombau, a decir que lo más democrático es que quien quiera ver fútbol pague por ello. Es sólo cuestión de tiempo, los muchachos mediáticos están cebados, se han creído que el gobierno de los Kirchner pronto se acaba pero que el imperio Clarín nunca se acaba. Y tan cebados están que su público cautivo ha empezado a pensar(los). Pueden seguir con su laburito de desgaste permanente hacia la figura presidencial hasta lograr su más preciado objetivo: la salida anticipada de Cristina, la cárcel para Néstor. Pero para reposicionar su mellada marca en el mercado (aún si sus lobbystas ganaran en la dilación de la ley) van a tener que encarar una ardua tarea. Por lo pronto, lo que parecía impensable: que el factor mediático se debata políticamente, que se los trate como un Poder, es algo que ya no se puede revertir; ni siquiera los más serviciales opositores (oficialistas del Poder mediático, de hecho) podrán dejar a las empresas de comunicación en su círculo de intangibilidad. (Ni hablar de la viuda y su adorable par de herederos, ni hablar del hijo del gral. Lapegüe o el ex-periodista TNmbaun).



En segundo lugar: impresiona la brutal pedagogía a la que los holdings (especialmente Clarín, quien se empeña en dejar intacto el viejo apotegma de que nadie-puede-gobernar-la-Argentina-sin-él) someten al llamado "arco opositor". Como muestra, el par de fallidos del jueves a la noche, la territorialidad de Buzzi o de la Coalición Cívica (y también la de Reutemann, Cobos o quien fuera) se asienta sobre el alcance del cableado del Grupo: ellos están ahí donde el Grupo les dice que estén y por el tiempo que el Grupo quiere que estén. Si una semana antes de las elecciones el Grupo elige al colorado y a Pino e invisibiliza a los candidatos de la CC, entonces la CC baja al tercer puesto. Si el Grupo los necesita, ellos acuden prontos al llamado y dicen lo que, como explica Raimundi, el Grupo espera que digan. El problema es que el llamado "arco opositor" aspira a gobernar: digamos: Reutemann, Solá, Cobos, Macri, el Colo, ¿Carrió? ...quien fuera. Pero ahí están recibiendo un curso intensivo de poder. Repitan todos: na-die-go-bier-na-sin-Cla-rín. En el fondo, el arco opositor está sometido a la que podríamos llamar la paradoja Lilita (por ponerle un nombre): necesitan de Clarín para existir pero les convendría que Clarín pierda esta batalla, si alguna vez quieren gobernar el país. En el caso de Carrió la solución parece fácil: la gordita sabe muy bien que ni ella ni sus pollos podrán nunca gobernar nada. El colorado, que es colombiano y tiene otros escollos, ha explicado por qué él también quiso tener su little Group: "para defenderme". Y acepta los partidos del sábado porque también tiene que vencer al Grupo.

Y después está el PJ. La suerte de la nueva ley de medios está en sus manos: son los legisladores del PJ de las diversas provincias y facciones los que en las próximas semanas van a decidir si se aprestan a gobernar la Argentina sin Clarín o se resignan a co-habitar el poder con el Grupo, como todos estos años, pero un poco peor, un poco más cagones, un poco más a la vista.



En tercer lugar: los Kirchner hacen esto ahora, después de haber perdido un tiempo precioso sin desarticular el oligopolio. Han tenido cierta sagacidad para ir eligiendo a sus adversarios oportunamente: primero descabezaron a las cúpulas militares, después a la Corte menemista, después a los tenedores de bonos. En cada caso, para vencer a un oponente tuvieron que aliarse con un poder fáctico. En las últimas semanas volvieron a repetir la jugada de pizarrón: con Grondona contra TyC. Gol. Y aquí se plantea lo que podríamos llamar la paradoja Kirchner: los pingüinos mostraron que el equipo se agranda en la adversidad, en situaciones de precariedad política: las más celebradas medidas de inicio del período de Néstor se tomaron cuando asumían el poder con un 22% de los votos, después de salir segundos contra un "triunfador" que abandonó. El golpe que liquidó a las AFJP lo concretan en situación de sozobra, después de la noche infausta del voto no-positivo. En los momentos en los que los K se han fortalecido, cuando parecía que podían ganar por goleada, ellos solos se complicaron el partido (el ejemplo más lamentable: la 125). Ahora de nuevo: se recomponen y producen averías al Grupo después de la dolorosa piña del 28/6. En situación de debilidad se proponen retar a duelo a un poder sustancial de la Argentina moderna, ese emporio que atravesó golpes militares, golpes de mercado, que se vayan todos, autocríticas de las cúpulas militares, obediencias debidas, indultos y revocaciones de indultos, sin jamás tener que explicar qué hizo él (el emporio) durante los años de plomo. Hasta la iglesia ha tenido que ceder parte de su ascendiente sobre la población, mientras le Grupo crecía y crecía. Ahora es Néstor, el que ya está políticamente muerto pero aún sobrevive. Es la paradoja K: hacer de su debilidad fortaleza, mientras el arco opositor espera las señas del asistente de dirección para entrar a cámara.

(Hoy a la noche la seguimos en La otra.-radio, FM La Tribu, 88.7, www.fmlatribu.com).

5 comentarios:

Pía dijo...

Imposible conectar la radio, la puta madre.

Mariano De María dijo...

Me causa gracia que Clarin punto com publique hoy un articulo titulado: "Los argentinos entre los mas felices" y que el mismo sea un estudio del 2008!

http://www.clarin.com/diario/2009/08/31/um/m-01989257.htm

Muy buena nota Oscar, planteaste lo que a mucha gente "fanática de la antinomia" no puede entender, la no tan popular posición de, Estoy a favor de la Ley de Medios pero no soy kirchnerista.

Al final de la noche, somos solo especatadores. Pero espectadores que todavía tienen el poder de pararse del escenario o lograr que cambien la obra.

Saludos,
Dema.-
http://marianodemaria.blogspot.com

liliana dijo...

Hice click en Miserables...26 años esperando que se saque la ley de medios de la dictadura...y todavía se propone esperar al 10 de diciembre para debatirla!!...Con ese criterio,¿el Congreso tendría que tomarse vacaciones hasta esa fecha???

El editorial de Aliverti, impecable!

Anónimo dijo...

osky:
me alegra que puedas resaltar las dos o tres cositas que pueden hacer los agonizantes k antes del 10 de diciembre. que suerte que vayas entendiendo.

Anónimo dijo...

Así que los K fueron los que descabezaron a las cúpulas militares?
Je, y despues me hablan del "relato" de los medios de comunicación.
Dentro de poco, oscar va a decir que Nestor sacó la colimba y terminó con la hiperinflación.

Nestor Pitroll