todos estamos igual

miércoles, 15 de julio de 2009

Voz d`amor



TIEMPO Y SILENCIO

Una casa en el cielo
Un jardin en el mar
Una alondra en tu pecho
Un volver a empezar.

Un deseo de estrellas
Un latir de gorrion
Una isla en tu cama
Una puesta de sol.

Tiempo y silencio
Gritos y cantos
Cielos y besos
Voz y quebranto.

Nacer en tu risa
Crecer en tu llanto
Vivir en tu espalda
Morir en tus brazos.



Cesaria Evora y Pedro Guerra

Voz d`amor

por Eduardo D. Benitez

Alguna relación debe haber entre ese archipiélago, esa geografía imprecisa colmada de islas llamada Cabo Verde y ese género musical que no ancla sus sentidos en ninguno de los géneros que recupera o fagocita; sino que más bien los expande como perdigones, haciéndolos concurrir en una experiencia dolorosamente dulce de cuatro minutos promedio llamada morna. El tango, el fado, los choros brasileños eternamente desplegados y tensados por ese decir caboverdiano, por esa amotinada reunión de violines, violas, guitarras, cavaquinhos y clarinetes.

Cuando este género se canta, lo hace con toda la potencia de una voz lastimera y elegante a la vez: la voz de Cesaria Evora. Esa impactante dama que hace algún tiempo visitó Buenos Aires. También conocida como “la diva de los pies descalzos”, esta cantante africana nacida en 1941 tardó varios años en hacerse conocer, y de esa forma expandir un género musical que estaba casi destinado a quedar velado para el resto del mundo.

La voz popular cuenta la historia de esta manera: que un músico caboverdiano radicado en Francia la escuchó cantar en algún bar desperdigado por alguna calle de Mindelo, que quedó repentinamente prendado e inmediatamente produjo su primer disco en 1988: La Diva aux pieds nus. A partir de ese momento inciático, los discos producidos fueron diecisiete. Un recorrido aluvional que llega hasta la edición de Radio Mindelo, su disco número dieciocho, que recoge sus primeras grabaciones en los años 60 para la Radio Barlavento, cuando apenas comenzaba a dejar de ser esa adolescente desangelada que cantaba en bares de mala muerte para poder sobrevivir.

De esa infancia sufrida quedan: la experiencia de cantar con asumida resignación al amor, la nostalgia, la noche, el alcohol, en clave de dialecto crioulo; una voz dispuesta a soportar las melodías más melancólicas de la tierra, o también una felicidad que se agita en el centro mismo del cuerpo caboverdiano, cuando la morna se acelera y se convierte en coladeira, ese derivación del género algo más juguetona.

Ir al encuentro de esos ritmos y de esa voz, los que continen discos como Café Atlântico, Rogamar o Miss perfumado, es hacer un viaje sentimental sin parangón. Un viaje sin pasaje de vuelta.

4 comentarios:

julieta eme dijo...

día re B!!!

Vivir en tu espalda
Morir en tus brazos.

muy hermoso.

un beso.

nos vemos en 8 horas!!!

César dijo...

¡World Music!

Anónimo dijo...

Excelente canción de la diva de los pies descalzos.
Saludos.

DG

Lilia Muñoz dijo...

Gracias por Cesarea.