todos estamos igual

lunes, 18 de mayo de 2009

Era notorio



por Oscar Alberto Cuervo

Haber elegido Notorious para empezar el ciclo 2009 de cine en La tribu es simplemente colocarse en el mejor lugar posible. Como si un director técnico tuviera a Maradona a su disposición. Así es fácil trabajar de técnico. Aunque Notorious no goce del consenso generalizado que en el mundo del fútbol tiene Maradona. En las listas que habitualmente se hacen entre la crítica internacional no vi que figure Notorious, y a su director Alfred Hitchcock nunca se lo menciona suficientemente. ¿Por qué será? Hitchcock y Notorious tienen un lugar preferencial en las Histoire(s) du cinema de Godard y el propio François Truffaut siempre ha declarado que esta película es su preferida. En cambio, en estas encuestas siempre ponen Citizen  Kane,  Rashomon, El acorazado Potemkin, 8 & medio e incluso... ¡2001, odisea del espacio!, películas todas ellas emblemáticas de algo, pero dudosamente superiores a Notorious. ¿Cómo explicar que un film de espionaje, con una peripecia que gira alrededor de una improbable hilera de botellas de champaña guardadas en un sótano que ocultan el uranio con el que una banda de nazis residentes en Río de Janeiro planea dominar el mundo, pueda ser la obra maestra absoluta que es? La respuesta no es tan misteriosa: porque el cine no se puede reducir nunca a una peripecia.

Los logros de Notorious son tan rigurosamente cinematográficos que ningún abordaje temático sería capaz de detectarlos. Acá sí se va a notar mi impericia, porque así como no es meritorio lucirse como programador optando por Notorious, me siento incapaz de escribir una sola frase que haga justicia de semejante peliculón. La mirada arrobada, somnolienta, ebria y finalmente agónica de Alice (Ingrid Bergman) cada vez que se cruza con Devlin (Cary Grant), la irritante prevención que mantiene a Devlin en continua tensión eréctil, esa antipatía masculina que tan a menudo pasa por aplomo y sólo es miedo a la entrega, su figura envarada, son visiones de la experiencia amorosa que jamás habríamos podido percibir con tanta precisión si el cine no hubiera sido inventado. Nunca las escenas de amor han sido tan exquisitamente danzadas, en un baile de tres (Ingrid, Cary y la cámara) que no existiría si Hitchcock no fuera la bestia cinematográfica que es. ¿Quién podrá filmar con mayor delicadeza todos los matices del desasosiego del amor, la terrible precariedad en la que vive el enamorado?



La genialidad consiste en que, sobre la línea narrativa de la misión que el gobierno norteamericano encomienda a Alice, Hitchcock superpone otra línea, la del suspense amoroso de aquel (aquella) que se somete a la dulce tortura de esperar que el otro le diga "te amo". Hitchcock sabe que todos los nazis del mundo no pueden, con toneladas de uranio, poner en vilo a una persona como lo hace la espera de una declaración de amor. Hay unas líneas de diálogo dichas al comienzo de la película, como al pasar, que es fácil no registrar si uno está pendiente de la peripecia de los espías:

Alice: Nuestro amor es bastante extraño.
Devlin: ¿Por qué?
Alice: Porque parece tú no me amas.
Devlin: Cuando deje de amarte ya te avisaré.
Alice: Pero todavía no me dijiste que me amabas.


Y Devlin no se lo dice. Y no se lo dirá hasta el final, por lo que Alice se verá sometida a una serie de difíciles pruebas, a la espera de la situación propicia para que él le diga “te amo”.

La extraordinaria escena del sótano donde Alice y Devlin descubren las botellas de uranio y a la vez son descubiertos por el marido de ella (Claude Rains) es un prodigio de esa ambivalencia que sólo el cine puede expresar. Ellos están buscando una prueba que incrimine al grupo nazi en el que se han infiltrado. Alice engaña a su marido, se casó con él para espiarlo. Pero el marido desconfía de ella porque sospecha que está enamorada de Devlin. De este modo el marido se engaña, pero paradójicamente se engañana con la verdad, porque efectivamente Alice ha sido capaz de meterse en semejante balurdo sólo para estar cerca de Devlin. Cuando se van a la bodega parece que lo hicieran para cumplir con su misión patriótica, pero en realidad es porque quieren quedarse solos los dos. Cuando el marido los descubre, entonces Devlin la toma de la cintura y se besan, porque quieren que el marido crea que le están metiendo los cuernos. Simulan besarse para no quedar en evidencia como espías, pero se besan de verdad, porque están perdidamente enamorados. Simulan ser lo que en realidad son porque no son aún capaces de amarse abiertamente. Dicen la verdad cuando mienten. Este juego de espejos sólo puede plantearse mediante un refinado manejo de los diversos puntos de vista. 

Alice va a llegar al borde de la muerte hasta que llegue el momento en el que Devlin finalmente sea capaz de decirle "I love you", las palabras mágicas que la harán revivir. Una vez vencida esa incapacidad, Hitchcock se desentiende del asunto uranio, el marido queda en manos de sus camaradas nazis que muy probablemente van a matarlo por haber tenido la debilidad de abrir las puertas de su casa a una espía del bando enemigo, y Alice y Devlin se van juntos. Es el momento apoteótico, cuando el amor se declara. Más vale que la película termine ahí porque, después de semejante ápice, lo más probable es que sobrevenga una meseta o que directamente el amor decline. ¿Puede una película terminar en un momento mejor?

10 comentarios:

liliana dijo...

Fue un placer ver esta película.

Y es cierto: las capas de mentira y verdad, en el amor, son difíciles de discernir...

Anónimo dijo...

Que lindo encontrar a alguien apasionado por una pelicula, cuervo, te felicito. leo las reseñas de cannes de algunos criticos (arroba, koza) y la verdad me pregunto si les gusta el cine o si pretenden que este se vuelva una rama de la antropología.

notorius es una pelicula sensacional por todas las razones que esgrimis. lo mejor es la onda que tienen cary grant e ingrid bergman, la energia se rebasa la pantalla cuando están juntos, y la genial capacidad de hitch para filmarlos.

Lo unico que no me gusta son los primeros 10 minutos. siempre me pasa lo mismo con hitchcock, sus inicios no me cierran. no me gusta como aparece en la peli, no me gusta el plano subjetivo del pelo de ingrid bergman, no me gusta la hilera de periodistas luego del juicio (parecen muy "colocados"). no se, igual es una genialidad, pero siempre tuve un problema con los inicios de hitch. me pasa lo mismo en rebecca, en vertigo, en psicosis...

saludos,

pablo sic.

Anónimo dijo...

Qué significa que una película es "superior" a otra ?

Salvo que compares una película de Palito Ortega con Fellini, obvio.

Pero quién es "superior", Bergman o Visconti ?

Por qué la competencia tipo deportivo se tiene que instalar en todo lugar ?

Me gusta más decir,como Truffaut, que es su preferida.

A mí me gusta Hitchcock, pero Notorious nada.

Y cual es el problema con 2001 ?
Salutti




Hal 9000

Oscar Cuervo dijo...

Hal 9000:

lo que afirmo ponelo en el contexto de las listas que se hacen entre los críticos para elegir las diez mejores de la historia del cine. Algún criterio funciona ahí para que aparezcan siempre ciertas películas. Esas listas no las inventé yo, sólo digo que me llama la atención que nunca haya aparecido una obra maestra como Notorious, cuando no creo que las que aparecen sean superiores. Y arriesgo una hipótesis: que estas listas prefieren películas con "temas" importantes.
2001 es el ejemplo de película con tema importante, ya que abarca nada menos que el sentido de la historia de la humanidad y su eventual futuro. Creo que sus logros no están a la altura de sus ambiciones. No es que sea una película horrible, sólo que tiene un renombre que no es proporcional a su calidad. Es decididamente inferior a Notorious y a casi cualquier otra película de Hitchcock. Es el típico ejemplo de un film que se sigue mencionando porque es el emblema de algo, su renombre quizá pueda ser emjor explicado por un sociólogo. Pero si a vos te gusta está todo bien, tomá lo mío como una simple opinión sin importancia.

pablo sic:
pero yo corro con una ventaja en este caso: estoy hablando de una película maravillosa y Roger Koza y Arroba están hablando de lo que ven en Cannes, quizá lo que están viendo no esté tan bueno. Quizá puedan hablar con entusiasmo cuando vean una gran película. Sólo quizá, no estoy poniendo las manos en el fuego por ellos, pero existe esa posibilidad.

Liliana:
esas capas no sólo son indiscernibles, sino que además uno llega al desasosiego por ellas.

salute

Anónimo dijo...

Oscar

tampoco te hagas el modesto
sabés que tus opiniones no son ni simples, ni sin importancia, si no, no habría tanta gente leyendo este blog, me incluyo

nuevos saludos

Hal 9000


PD te gusta el género de ciencia ficción, o no te gusta 2001 ?
porque por ahí no te interesa el género.

Oscar Cuervo dijo...

Hal:
no me hago el modesto, sólo que no pretendo que mis puntos de vista sobre el cine tengan una objetividad científica. En todo caso, las listas con las 10 mejores películas de todos los tiempos están sometidas a muchas contingencias.
En cuanto a géneros, ciencia ficción o el que sea, no puede valorarse en conjunto a películas diferentes. ¿Stalker es ciencia ficción? ¿Solaris lo es? Si lo son, igual me resultan excelentes.
¿The thing de J. Carpenter es ciencia ficción? Es excelente. 2001 no me parece excelente, aunque es una película interesante.

De todos modos, creo que cuando hablo de Notorious no estoy diciendo que es excelente. Lo que afirmo es que es una de las mejores películas de todos los tiempos. Si esta afirmación es problemática porque entran a jugar comparaciones, entonces pongámosla entre paréntesis y hablemos de su excelencia intrínseca: es un film que consuma ciertas posibilidades del cine que no pueden ser expresables mediante otros discursos: la experiencia de Notorious no es traducible en términos literarios ni pictóricos, ni sociológicos, ni periodísticos ni teológicos.

Comprendo algo acerca de la naturaleza del vículo amoroso gracias a que Notorious fue filmada. Y además es una gozada tremenda.

saludos

lady macbeth dijo...

NO: No podía terminar- esta película- en un momento mejor.
Es más: todas las historias de amor deberían terminar AHI.
Lady Macbeth

Anónimo dijo...

Gracias por el buen momento. La verdad es que hacía mucho que no veía nada de Hitchcock. Qué decir? está en el top five de directores.
Me quedé con ganas de quedarme al debate-charla-etc, espero poder estar otro sábado más tiempo.
Y Godard, uf, qué perlita para empezar. Más que perla una bomba.
Gracias de nuevo y que sigan las funciones (la lista de films es impresionante)
Mariana

julieta eme dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
julieta eme dijo...

recién terminé de ver esta película. por dios, qué historia de amor...

cito una partecita de tu texto:

Cuando el marido los descubre, entonces Devlin la toma de la cintura y se besan, porque quieren que el marido crea que le están metiendo los cuernos.

me atrevo a corregirte sólo una cosa: el que quiere que el marido crea que le están metiendo los cuernos en verdad es Devlin. él la toma de la cintura y la besa. es a él al que se le ocurre la idea. porque todo lo que él quiere es besarla. y ella se entrega a sus besos porque no hay nada que quiera tanto en el mundo como besarlo, como ser besada por su boca. y él la mira y entonces se da cuenta de que todos sus celos no tenían ni tienen ningún sentido, porque no hay otro hombre para ella más que él. esa escena es increíble. coincido con vos: "los diez minutos más perfectos de la historia del cine"...

después de semejante película, me voy a dormir.

besos.