todos estamos igual

lunes, 2 de junio de 2008

La carpa blanca defendió derechos y no privilegios


Comunicado emitido ayer por la Junta Ejecutiva de CTERA, la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina, CTA:

Los docentes argentinos escuchamos con estupor al Sr. Hugo Biolcati, Vice-Presidente de la Sociedad Rural Argentina, representante de lo más rancio de la derecha política y económica de nuestro país, anunciar la instalación de campamentos "como la Carpa Blanca de los docentes". Ante tales manifestaciones CTERA expresa:
- Que la Carpa Blanca constituyó un hito de la lucha de los trabajadores de la educación y un símbolo de la resistencia popular contra las políticas neoliberales de la década del 90', políticas que la Sociedad Rural apoyó fervientemente y que hoy pretende que sean reinstaladas.

- Que el ayuno docente y la Carpa Blanca no fueron un lock out patronal, sino la genuina lucha de la docencia y el pueblo argentino exigiendo financiamiento para la educación pública. Fue una lucha por los derechos de los trabajadores y el pueblo y no en defensa de egoistas intereses sectoriales.

- Que durante 1003 días, en una lucha profundamente pacífica y sin ejercer ningún tipo de extorsión, los docentes de todo el país, rodeados de la solidaridad popular de la que la Sociedad Rural no fue parte, exigimos que el Estado Nacional se responzabilizara en el sostenimiento de la educación pública, lo que significó claramente el reclamo de una justa distribución de la riqueza y de una mayor intervención del estado a favor de los sectores populares.

- Que la Carpa Blanca significó un compromiso con la memoria y el ejemplo de vida de Isauro Arancibia, Marina Vilte, Eduardo Requena, Susana Pertierra y los 600 docentes desaparecidos y asesinados por la dictadura militar de la que la Sociedad Rural, no hay que olvidarlo, fue socia y sostén.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Me tiene harto el conflcto del campo, esta en todos lados, a los medios le podrian decir que ya pasen a otro tema. Es evidente que estos tipos no tienen ninguna intencion de mejorar su porcentaje de retenciones, o beneficiar a los pequeños productores rurales, ya no les importa, ellos estan moviendo al interior para crear una fuerza politica que, yo no digo voltear al gobierno, porque me parece fuerte y desmedido, democraticamente es inviable porque es verdad lo que dice Favio, "no los vota nadie", pero no les importa nada el pais. Estan metidos en una disputa de poder, estan enfrentados cara a cara con cristina y lo demas que se jodan, que pasa con la gente que no tiene para morfar. Yo vivi en el campo y se que se explota a los peones por dos monedas que despues se la gastan en un fin de semana, estan todos en negro. QUe dejen de mentir diciendo que el campo es una panacea...si no fuera por el gobierno.
Por fin se le esta cumpliendo el sueño a la sociedad rural, y eso se lo tienen que agradecer a los medios. Aunque el pueblo ya se dio cuenta.

Anónimo dijo...

Me tiene harto el conflcto del campo, esta en todos lados, a los medios le podrian decir que ya pasen a otro tema. Es evidente que estos tipos no tienen ninguna intencion de mejorar su porcentaje de retenciones, o beneficiar a los pequeños productores rurales, ya no les importa, ellos estan moviendo al interior para crear una fuerza politica que, yo no digo voltear al gobierno, porque me parece fuerte y desmedido, democraticamente es inviable porque es verdad lo que dice Favio, "no los vota nadie", pero no les importa nada el pais. Estan metidos en una disputa de poder, estan enfrentados cara a cara con cristina y lo demas que se jodan, que pasa con la gente que no tiene para morfar. Yo vivi en el campo y se que se explota a los peones por dos monedas que despues se la gastan en un fin de semana, estan todos en negro. QUe dejen de mentir diciendo que el campo es una panacea...si no fuera por el gobierno.
Por fin se le esta cumpliendo el sueño a la sociedad rural, y eso se lo tienen que agradecer a los medios. Aunque el pueblo ya se dio cuenta.

Anónimo dijo...

mmmm, que paso con todos los coments que se borraron???
el anonimo facho, las peleas con este,.. censura o que paso?

Oscar Cuervo dijo...

Land:
(a propósito: sos hermano de Vera?)
El o los provocadores anónimos están entre los comentarios del post sobre PERFIL. No hubo ningun comentario borrado.

Pía dijo...

Me había llegado a mi mail esto de CTERA, pero donde además, salían a aclarar que no habían convocado a un paro para el día de la fecha, pescado podrido que no sé quién inventó pero circulaba...ES cierto que esto ya HARRRRRRRRTA. Menos mal que hoy está Peter Capusotto...

Anónimo dijo...

Cuervo: no tengo nada aparente con esa Vera.¿ Es una persona o un personaje?

Anónimo dijo...

Cuervo: no tengo nada aparente con esa Vera.¿ Es una persona o un personaje?

Anónimo dijo...

no, jorge es pariente de jolly land...

julieta eme dijo...

nooooooooo, dios mío, qué desgracia!!!!! vas a pasar el drácula de coppola y yo me lo voy a perderrrrrrrr!!!!! nooooo.....

decime que la pasás en una tele y no en una pantalla, por favor, así mi sufrimiento es un poco menossss.....!!!!

julieta eme dijo...

Alguna vez, en el foro virtual, hablamos de esta película. Erica recordó la frase que Drácula le dice a Mina:

"He atravesado océanos de tiempo para encontrarte".

Y luego yo mandé una parte del libro:

Drácula a Mina: "Y tú, su querida aliada [aliada de los enemigos de Drácula], tú eres mía ahora, carne de mi carne, sangre de mi sangre, y tú colmarás todos mis deseos, serás mi compañera y mi bienhechora. Llegará el tiempo en el que se te hará la justa reparación, ya que ninguno de esos hombres podrá negarte lo que les exijas. Mas, por el momento, mereces un castigo por tu complicidad con ellos. Tú les has ayudado en sus designios de aniquilarme. Pues bien, a partir de ahora, tendrás que contestar a mi llamada. Cuando, sólo con el pensamiento, te convoque, atravesarás tierras y mares para unirte a mí". (Drácula de Bram Stoker. Pág 357. Editado por Plaza & Janes Editores. Impreso en España. Segunda edición. 1990.)

De más está decir que ambas, Erica y yo, morimos de amor por el vampiro más famoso de todos.

Que disfruten la peli. Hay escenas que son realmente inolvidables. No quiero decir nada, para no arruinarles la película a quienes no la vieron. Sólo digo que es maravillosa.

Anónimo dijo...

Maria Pia: me ganaste de mano con el comment. El Capusotto de hoy, con Micky Vainilla, el ¨Miranda! ¨ nazi que propone el postre Teresito para que los niños crezcan rubios y arios,y acepta morochos en los boliches sólo si hacen tareas de limpieza, me hizo reir más que cada lunes, que es mucho decir. Qué genio.Y qué bocho. Qué forma tan maravillosa de plantar su posición política. Como Favio: artistas.

Oscar Cuervo dijo...

Jorge Land: Vera Land es persona y personaje, no sé si es su verdadero nombre o el de fantasía, igual que en tu caso. ¿Es un apellido de qué origen? ¿Sos algo de Disney Land?

Oscar Cuervo dijo...

Julieta: para tu alegría Dracula la pasamos en una tv. Igual te vas a perder la charla posterior que va a estar buenísima. ¡Y la charla la pasamos en sistema 3-D!

julieta eme dijo...

Va un artículo que salió hoy en Página 12:

La respuesta constitucional

Por Roberto Gargarella *

Notablemente, el debate en torno de la tensión “gobierno-campo” ha ignorado de modo sistemático una parte esencial a dicho conflicto, relacionada con lo que el derecho, y nuestra Constitución en particular, tienen para decir sobre el tema. La omisión es notable porque, desde el punto de vista jurídico –según me interesará sostener– el conflicto encuentra respuestas muy claras. La Constitución es, en tal sentido, una guía necesaria a la hora de definir mucho de lo que el Gobierno puede hacer y debe dejar de hacer, al mismo tiempo que (aunque este punto, debo decirlo, es más polémico) ella muestra por qué ciertos reclamos “del campo” son inaceptables. Es decir, leyendo e interpretando el derecho uno puede ver por qué, desde ambos lados, se están haciendo reclamos jurídicamente inaceptables.

Empiezo por lo primero, relacionado con la decisión del Gobierno de establecer un aumento significativo en las retenciones, a través de una resolución ministerial. Al respecto, el texto de la Constitución es claro a los gritos: ningún gobierno puede tomar decisiones de carácter legislativo a través del Poder Ejecutivo, tal como ha sido la costumbre argentina en los últimos largos años. Para condenar las normas así decididas, la Constitución señala, ante todo, que tales disposiciones están prohibidas “bajo pena de nulidad absoluta e insanable” (art. 99, inc. 3). La afirmación no puede ser más rotunda. Por si hiciera falta, el texto constitucional dedica otro artículo a prohibir las delegaciones legislativas (salvo en materia de administración o de emergencia pública, situaciones fundamentalmente irrelevantes para el caso que nos ocupa, art. 76). Y más aún, ella limita estrictamente la posibilidad de dictar decretos de necesidad y urgencia. Y no termina allí: ella sostiene que tales decretos sólo pueden ser considerados aceptables cuando “circunstancias excepcionales” impidan que el propio Congreso sea quien decida (circunstancias excepcionales que, por supuesto, no son las que hoy existen en nuestro “normalizado” país, en donde obviamente el Congreso se encuentra en condiciones de sesionar y legislar). Y por si todavía le quedaran dudas a alguno, la Constitución señala que en absolutamente ningún caso –ni siquiera en aquellas limitadísimas circunstancias excepcionales antes mencionadas– el Poder Ejecutivo puede establecer regulaciones en materia tributaria. Y por si todavía nos quedara alguna duda, debe aclararse que el aumento en las retenciones del caso no fue realizado ni siquiera a través de decretos de necesidad y urgencia –lo cual hubiera estado prohibido, aunque hubiera sido una violación constitucional más habitual—, sino a través de una resolución ministerial. Es decir, por cuestiones procedimentales, las medidas decididas por el Gobierno en materia de retenciones resultan, simplemente, nulas de nulidad insanable.

Dicho esto, y por otro lado, quisiera ocuparme del aspecto sustantivo –y ya no procedimental– del problema constitucional en juego. En tal sentido, sostendría lo siguiente: la Constitución no merece ser interpretada como poniendo límites a la posibilidad de que un gobierno decida, por los canales apropiados, su política económica, más allá de que dicha política sea liberal, conservadora, socialista, o alguna combinación de todas estas alternativas. El Gobierno debe tener las manos fundamentalmente libres en este respecto, y el Poder Judicial no debe aceptar ninguna invitación a invalidar planes económicos por más o menos progresistas que ellos sean. El Poder Judicial no puede ni debe reemplazar al poder político: él debe respetar las decisiones democráticas de las mayorías, democráticamente adoptadas. Pero, por ello mismo, porque la democracia debe tener márgenes de acción muy amplios para decidir sobre políticas sustantivas, es que resulta crucial que aseguremos estrictamente que tales decisiones sean tomadas con absoluto respeto por los procedimientos fijados por la Constitución.

Mi último punto es más especulativo, y tiene que ver con una pregunta. La pregunta es la siguiente: por qué es que el Gobierno y “el campo” no reconocen lo indiscutible, es decir, que es obvio que la Constitución le prohíbe al Poder Ejecutivo decidir del modo en que lo ha hecho (y lo obliga a recurrir al Congreso), del mismo modo que es obvio que los representantes del “campo” no pueden exigir que el Gobierno cambie su política económica, como si tuvieran un derecho constitucional a obtener ganancias extraordinarias a fijar, ellos mismos, el nivel de las retenciones que corresponde (aunque, por supuesto, “el campo” debe ser protegido en su posibilidad de criticar al Gobierno en razón de las políticas que aquél decida aplicar). Según entiendo, el sorprendente resultado con el que convivimos se produce como resultado de una práctica que lleva años, por la cual el Poder Ejecutivo y el “campo” se han habituado a actuar y decidir de espaldas a las instancias de discusión democrática definidas por nuestra Constitución. Ese es, finalmente, uno de los centros del problema: el Ejecutivo está acostumbrado a ver al Congreso como un mero apéndice o una molestia, mientras que “el campo” tampoco quiere recurrir al Congreso porque está acostumbrado a lidiar con un Ejecutivo dócil o simplemente cómplice de sus demandas.

* Doctor en Derecho, profesor de Derecho Constitucional en la UBA y la UTDT.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/105464-33213-2008-06-05.html